La virtud de la paciencia mitiga en buena parte la tristeza generada, del mismo modo que la impaciencia añade sufrimiento al propio sufrimiento.
Dada la dimensión temporal del ser humano, es importante aprender a esperar pacientemente con confianza en el mañana. Una de las características de la desesperación es que aquel que la padece tiene una visión muy negativa de su futuro, sin embargo, el hombre paciente aprender a sobrellevar las dificultades del día a día porque tiene fe en su destino.
La paciencia se muestra en la acción, en la voz y en el corazón de aquel que aprender a aceptar la realidad tal y como es, sin oponerse a ella como hace el impaciente, que se genera a sí mismo gran cantidad de sufrimiento con su actitud.
En definitiva, el ser humano a través de la actitud interior que adopta ante las circunstancias externas puede alcanzar la felicidad más allá de las adversidades que sufre puesto que tanto el dolor como la alegría son ingredientes inevitables del camino vital.
La paciencia se muestra en la acción, en la voz y en el corazón de aquel que aprender a aceptar la realidad tal y como es, sin oponerse a ella como hace el impaciente, que se genera a sí mismo gran cantidad de sufrimiento con su actitud. En definitiva, el ser humano a través de la actitud interior que adopta ante las circunstancias externas puede alcanzar la felicidad más allá de las adversidades que sufre puesto que tanto el dolor como la alegría son ingredientes inevitables del camino vital.
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